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#GaleanoVive: El poder transformador de la lucha, la dignidad y la autonomía zapatistas

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de RITA VALENCIA

“Fueron el dolor y la rabia los que nos hicieron desafiarlo todo y a todos hace 20 años

 Y son el dolor y la rabia los que ahora nos hacen calzarnos de nuevo las botas, ponernos el uniforme, fajarnos la pistola y cubrirnos el rostro.  Y ahora colocarme la vieja y ajada gorra con las 3 estrellas rojas de cinco puntas.

 Son el dolor y la rabia quienes han traído nuestros pasos hasta La Realidad.”

SCI Marcos, El Dolor y La Rabia, Mayo de 2014

El 2 de mayo fue asesinado Galeano en el Caracol de La Realidad, Chiapas. Galeano era base de apoyo del EZLN y pertenecía a la organización desde antes del levantamiento armado de 1994. Participó como Maestro en la Escuelita Zapatista. La Escuelita es la última iniciativa lanzada e implementada por las comunidades que conforman el EZLN. Hasta el momento dos generaciones de “alumnos” han pasado ya por el primer nivel de esta otra escuelita (la primera en agosto del 2013 y la segunda en diciembre-enero del 2014). Miles de hombres y mujeres de distintas partes de la geografía nacional e internacional han llegado hasta las comunidades zapatistas para ser cuidados, acompañados por los Votanes (guardianes), para vivir-aprender lo que es la construcción de la autonomía de las familias zapatistas en resistencia. Galeano fue Maestro de la Escuelita y su palabra apareció en la revista Rebeldía Zapatista haciendo la siguiente valoración del proceso:

“Yo valoro la escuelita porque así como en nuestra lucha hay muchos jóvenes que nacieron después de nuestro levantamiento, así también ellos en la ciudad, vinieron mucha gente joven que no había nacido en 94, y que nada más escuchaban en los medios, en el periódico, en la radio, que existía un Ejército Zapatista pero no conocían realmente cuál es su programa de lucha. Por eso veo que es un gran logro que hemos obtenido, porque el mal gobierno nunca nos lo va a dar de por sí, nunca. Ninguna otra organización ha obtenido esto, ha logrado esto que nosotros hemos logrado con la escuelita.

Se viene a preparar gente de la ciudad, de otros países, pero también nos preparamos nosotros, se están preparando nuestros jóvenes para así seguir gobernándonos. Con esto de la escuelita se les abre el espacio, se les explica, se les orienta a los jóvenes de cómo nos gobernamos, cómo es que el pueblo debe mandar. Para mí valoro a la escuelita que sí es muy grande. Aprendemos muchas cosas y la gente que viene de fuera aprende de nosotros.

Lo otro, lo más grande que vemos, es que aquí el gobierno ya no manda, aquí es el pueblo el que manda…Ellos vinieron a verlo con sus propios ojos cómo es que el pueblo gobierna desde sus pueblos, municipios y a nivel zona. Eso es lo más grande de nosotros porque vienen a conocer cómo es el autogobierno de los pueblos zapatistas.” (Galeano, Rebeldía Zapatista La palabra del EZLN Febrero de 2014 Número 1 pag.10)

Sabemos entonces que Galeano participó activa y decisivamente en la Escuelita Zapatista. Este hecho se volverá aún más revelador al buscar las causas de esta escalada de violencia contra el proyecto autonómico zapatista. Es importante mencionar también que el EZLN había anunciado una “compartición” con los pueblos originarios de México, a puerta cerrada, que tendría lugar la última semana de Mayo y que este acto sería seguido de un homenaje al filósofo Luis Villoro y un seminario convocado por intelectuales y activistas como John Berger, Immanuel Wallerstein, John Holloway, Raúl Zibechi y muchos más. En este marco, el EZLN presentaría una propuesta de iniciativa para los adherentes nacionales e internacionales de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Todas estas actividades fueron suspendidas por un tiempo indefinido después del asesinato del compañero Galeano y es en este contexto que debemos entender su muerte.

Galeano era su nombre de lucha, pero su nombre civil era el de José Luis Solís López. La investigación de su asesinato fue turnado a la Comandancia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional por parte de la Junta de Buen Gobierno de La Realidad. Desde la creación de las juntas en el 2003, ésta es la primera vez que se hace del conocimiento público que la Junta (es decir, el poder civil) no decidirá sobre este caso, sino que lo hará el EZLN (el poder político-militar). Esto marca la seriedad de la situación. Como se ha narrado ya en los comunicados El Dolor y la Rabia y Fragmentos de La Realidad, la emboscada en la que murió el compañero Galeano fue planeada y tuvo lugar dentro del ejido de La Realidad, donde se encuentra ubicada la sede Caracol de la Junta de Buen Gobierno. El compañero, junto con otros hombres y mujeres bases de apoyo se habían movilizado para intentar frenar la destrucción de la escuela zapatista y de la clínica autónoma a manos de integrantes de una “organización campesina” llamada la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos Histórica (CIOAC-H) que ha protagonizado muchos ataques recientemente contra los zapatistas en ésta y otras regiones.

Ahora bien, la CIOAC fue en sus inicios una organización campesina que nació en los setentas de un sector del Partido Comunista. Se trata de una organización nacional que llegó a Chiapas en 1979 y que se ha transformado y dividido desde entonces. La directiva nacional se ha deslindado de las acciones del grupo que realizó la acción de corte paramilitar que culminó con la muerte del compañero Galeano y se ha sumado a los “reclamos de una investigación exhaustiva” de los hechos. Entonces, ¿se trata simplemente de unos cuadros de la organización que perdieron el rumbo?

Otro elemento importante de análisis es la forma en la que los medios reportaron lo ocurrido. Todos los medios comerciales, incluido el periódico La Jornada (que se consideraba como de “izquierda”) manejaron una versión de un enfrentamiento entre Zapatistas y elementos de la CIOAC. Los reportes inician con el supuesto secuestro de 14 cioaquistas que se encontraban retenidos dentro del Caracol y se hablaba de por lo menos 15 personas trasladadas en ambulancia hasta el hospital regional de Guadalupe Tepeyac. Las fotos que circularon eran las de miembros de la CIOAC con vendas en la cabeza y no se hablaba de ningún muerto. Es decir, toda la información obtenida provenía de una sola fuente: la CIOAC. Y existe una gran diferencia entre un supuesto enfrentamiento en el que por lo menos una de las partes tiene sólo heridas de palos y piedras y un ataque armado provocado con premeditación. El compañero Galeano murió de tres disparos, uno de ellos fue de gracia, es decir, a mansalva en la cabeza. Esto sólo se sabría después, cuando el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas y la Junta de Buen Gobierno de La Realidad presentaron sus respectivos informes. Lo que aquí cabe resaltar es la manera no sólo sesgada de presentar la información, sino el consabido mecanismo de oscurecer los hechos a tal punto que una declarada estrategia de contrainsurgencia pueda pasar frente a la opinión pública como un “conflicto” entre indígenas y sus organizaciones.

Sin embargo, ¿cuáles son las causas estructurales, las razones por las que una organización –o una sección de una organización- de “izquierda” termine haciéndole el trabajo sucio al Estado? Y ¿qué significa esto para la lucha zapatista y para otras luchas que buscan la construcción de la autonomía, de otras formas de entender el poder?

La CIOAC junto con otras organizaciones sociales en Chiapas, funciona ahora como grupo de choque y contención frente a la lucha zapatista. Y es que cuando los zapatistas dicen – como dijeron el 21 de Diciembre de 2013- “ni nos vendimos, ni nos rendimos, aquí seguimos”, se trata de una gran verdad que debe de ser analizada en toda su complejidad. A diferencia de las otras organizaciones sociales, los zapatistas no buscan, ni aceptan financiamientos, proyectos o programas de gobierno. Al contrario, el no aceptar ni apoyos económicos, ni educación impartida por el Estado, ni participar del decadente sistema de salud estatal es la base de la autonomía zapatista. Han construido a contracorriente sistemas de salud, educación, justicia, producción y gobierno que parten de una cosmovisión distinta y que son, en sí mismos, anticapitalistas y antisistémicos. Y es esto lo que justamente comparten con gente de México y el mundo a través de su Escuelita Zapatista. El llamado que hacen los zapatistas no es al Estado para que recupere su capacidad como Estado benefactor o que mejore la inversión “social” en educación o salud. Su llamado es hacia la gente para que se organice y aprenda a mandar obedeciendo, para que consolide el autogobierno como lo han hecho en sus comunidades. Se trata pues, de un proyecto profundamente emancipatorio y liberador.

Frente a esto, continúan existiendo –y siguen naciendo- organizaciones sociales y partidos políticos que buscan obtener beneficios y prebendas para sus líderes primero, para su militancia después y para el “sector” que representan finalmente. No es difícil encontrar reportes en los periódicos estatales de diferentes políticos, incluyendo al gobernador anterior de Chiapas, inaugurando obras y proyectos para la CIOAC. Para la cúpula, la organización social es una fachada, una maquinita de hacer dinero. Y para la base social, una mentira en la que por unas cuantas migajas serán enfrentados contra sus propios hermanos.

Pero si hay alguien que crea en algún resquicio ideológico de estas organizaciones o de algún partido político ¿qué hay? En la respuesta sigue siendo central la cuestión del Estado. Todavía apelan a él para que resuelva sus problemas y creen en la toma del poder – no en su transformación- como fin último de la lucha. Es por esto que desde un punto de vista tanto ideológico como práctico, no resulta muy difícil que algunos “cuadros” terminen perdiendo el rumbo y prestándose para actividades de contrainsurgencia. No es nueva la visión cortoplacista que privilegia la “victoria” inmediata frente al enemigo más grande y que posterga los cambios y transformaciones profundas. En esta óptica caben incluso los que consideran que las reivindicaciones feministas serán cumplidas sólo después del triunfo revolucionario, justificando así la continuación del sistema patriarcal en la praxis.

El asesinato infame del compañero Galeano vino a mostrar la crueldad de esta estrategia implementada para frenar no sólo el desarrollo del proyecto autonómico zapatista, sino también su divulgación.

Frente a esto ¿qué hacer? Resistir, solidarizarse, multiplicarse. Ya han surgido cartas de condena ante estos actos y de solidaridad desde muchos rincones del mundo. Ya se ha convocado a una semana de acción mundial (del 18 al 24 de Mayo). Habrá actos de conmemoración el 24 de Mayo en cada Caracol y en varias partes de la geografía nacional e internacional. Ya se prepara una caravana que viajará hasta La Realidad para rendir un homenaje al compañero Galeano y abrazar a su familia, a sus compañeros bases de apoyo. Entonces, ¿qué hacer? Abrazar – en el sentido íntimo y humano de abrazar - la lucha de transformación, emancipación y liberación que es la lucha zapatista para que el dolor y la rabia se conviertan en una fuerza capaz de parir los muchos mundos que nos merecemos.